miércoles, noviembre 24, 2010

COMPLICACIÓN NO ES NEGLIGENCIA MÉDICA (parte II)

Lo que todo interesado en el tema debe aprender en primer lugar es distinguir las complicaciones que se presentan en el acto médico sanitario para diferenciar aquellas que son consencuencia inherente del acto profesional de salud de aquellas que son producto de una mala práctica médico sanitaria. Puedo afirmar que la gran mayoría de interesados en el tema no pueden o no saben como diferenciarla.

Poder diferenciarla ahorraría tantos gastos y pérdidas de tiempo por tantas quejas, reclamos y denuncias sin ningún fundamento ni sustento.

Lo que viene ocurriendo ultimamente es que ante cualquier tipo de complicación médica los pacientes tienen a presentar sus denuncias y reclamos sin considerar siquiera la posibilidad de que la complicación se ha presentado de manera imprevisible a pesar de que se le ha otorgado el cuidado médico adecuado, ante una complicación los pacientes y su familia se apresuran en denunciar por negligencia médica cuando no hay el mínimo indicio de mala práctica saniaria, ni de la institución, ni de los profesionales médicos, ni del perssonal de enfermería.

Lo que es bien claro, es que los pacientes vienen siendo estimulados por el interés personal de algunos médicos que alimentan en ellos la idea de denunciar, convenciéndolos de que ha ocurrido negligencia médica. Lo único que persiguen estos antiéticos colegas es hacer problema al colega por el celo profesional. Esto se nota claramente cuando avanza el proceso de investigación en la vía judicial, el antiético colega no quiere saber nada con la justicia, entonces ya no apoya al paciente, entonces el paciente se encuentra sólo enfrentando ahora una posible denuncia por daños y perjuicios a la dignidad del profesional, porque el médico denunciado también tiene el derecho de reclamar cuando su dignidad moral y profesional ha sido dañada por falsas y mal intencionadas denuncias.

Algunos profesionales del derecho que han estudiado algo de medicina se creen con derecho a calificar todo acto médico profesional e incluso de encasillarla dentro de las negligencias. Lo cierto es que en el Perú la mayoría de denuncias por mala práxis terminan absolviendo al profesional o empleado de salud, quien ahora tiene el derecho de denunciar y reclamar la indemnización correspondiente por daños y perjuicios debido a la calumnia, difamación y daño moral como se puede observar ultimamente en algunos casos.

La prueba de lo que afirmamos son tantas denuncias públicas que han salido en la televisión y los medios escritos y que la gran mayoría de ellos terminan solamente en eso, en un escándalo periodístico político y coyuntural. Note usted que cada vez que se toca el tema del soat médico o que los profesionales de la medicina reclaman mejoras de infraestructura o presupuesto, se incrementan las noticias de supuestas mala práctica.

¿Cómo saber que una complicación producto de un acto médico sanitario no es debido a una negligencia médica sanitaria?. ¿Cómo saberlo previamente para no perder el tiempo en denuncias u reclamos inconsistentes?.

Se debe comprender que los actos médicos sanitarios implica una gran responsabilidad que proviene de tres componentes. el primero del profesional de salud, el segundo de la institución de salud y el tercero del paciente. En efecto hay muchas complicaciones que se presentan y que son consecuencia directa de la irresponsabilidad del paciente, la más comun empieza por el incumplimieto de la terapéutica, como cuando el médico le indica aplicarse siete y el paciente solo se pone tres, lo que se puede demostrar en la investigación. Otro incumplimiento del paciente es cuando no compra los materiales indicados para una determinada cirugía, o compra materiales sin ninguna garantía. La gran mayoría de casos de complicaciones por responsabilidad proviene de la institución de salud que no proveyó oportunamente los medios, insumos o materiales necesarios y adecuados para la atención de calidad. En tercer lugar la responsabilidad directa del empleado de salud como cuando viene a realizar una cirugía en estado etílico, lo que se puede demostrar.

Todo acto médico sanitario tiene un riesgo implícito. Recordemos que incluso las palabras mal interpretadas pueden conducir al suicidio del enfermo. Tengamos presente que no toda complicación es mala práctica. No hay cirujano perfecto. Respondamos con sinceridad a la siguiente pregunta ¿Qué cirujano no ha tenido complicaciones?.

Los riesgos son eventos inherentes a la práctica médica, aquel empleado de salud que actua pensando que nunca le van a suceder complicaciones creo que está completamente equivocado. En la práctica profesional los cirujanos sabemos que las complicaciones se presentan con frecuencia. El único cirujano que no ha tenido complicaciones es aquel cirujano que no realiza ninguna cirugía.

Se debe comprender que hay procedimientos en la medicina que implican riesgos que deben ser aceptados y comprendidos por el paciente. Observamos que la gran mayoría de denuncias ocurren porque el paciente no ha entendido los riesgos que corría durante un procedimiento médico o quirúrgico. Repito el paciente no ha entendido aunque se le haya explicado en un lenguaje claro. Parece que hubiera entendido pero en verdad no ha comprendido los potenciales riesgos, por eso es necesario de que firme el consentimiento informado.

¿Qué debe comprender el paciente? Debe comprender las potenciales complicaciones de un procedimiento médico quirúrgico de riesgo. Que hay complicaciones muy simples y de relativamente fácil y rápida solución. Que hay complicaciones muy graves que pueden producir lesiones y daños a la salud y la vida del paciente. Un ejemplo de complicación grave que observo con relativa frecuencia son las lesiones cerebrales invalidantes y los fallecimientos en el perioperatorio. Siendo más puntuales: si en el preoperatorio el paciente cuenta con un control cardiológico aceptable, ha sido evaluado por el cardiólogo, el electrocardiograma es normal, el riesgo es normal, y dentro del acto operatorio o en el perioperatorio sufre un infarto del miocardio produciendo lesiones de hipoxia cerebral con
secuelas invalidantes o su fallecimiento. Si se tiene en cuenta este riesgo que se ha presentado, se debe aceptar habiendo escuchado las informaciones del caso. Pero sucede que ante estos hechos la familia y su abogado ya no quieren escuchar ninguna explicacion ni informe, prefieren ir directamente a la fiscalía para hacer su denuncia por homicidio por negligencia. Se comprende que en este caso resultará en absolución de los injustamente acusados.

Pongo siempre como ejemplo grosero pero fácil de entender, el hecho de manejar un automovil. Es bonito majera un auto, es agradable incluso manejar en pista libre a alta velocidad cuando hacemos viajes largos. Pero manejar un auto implica riesgos que debemos tener siempre presente para evitar accidente o complicaciones. Pero sucede que aunque seamos muy prudentes a la hora de manejar, puede que en una velocidad mediana teniendo llantas con buen mantenimiento, suceda que una de las llantas revientes y se precipite una volcadura en pista plana, pero si estamos en pistas estrechas y en altura puede que nos precipitemos al barranco. En Lima es muy frecuente que otros conductores impruedentes como se ve frecuentemente que algunos taxistas en su apuro nos chocan al costado o por detrás. Que yendo a cierta velocidad de improviso cruce un peaton y lo atropellemos porque no hemos tenido el tiempo de frenar. Es lo que se llama RIESGOS SOCIALES, que necesariamente debemos aceptar, sin los cuales sería imposible el transcurrir de la vida diaria. Está presente el riesgo de que al salir a las calles nos asalten, o nos quiten la cartera del bolsillo, y lo que es muy frecuente el robo o arrebato de las cartera de las mujeres al menor descuido. Se dice que es mejor no salir de la casa para no sufrir un asalto, sin embargo una noche pueden entrar a llevarse algún artefacto eléctrico.

Cada profesional especialista conoce cuáles son las potenciales contingencias que se pueden presentar en el transcurso de su acto médico. Dentro de ellas están en forma general las complicaciones previsibles y las complicaciones imprevisibles. Estas complicaciones están detalladas en la guía de práctica clínica o protocolo de tratamiento donde se señala puntualmente cada una de las contingencias y la manera de solucionarlos. Por ejemplo no pude haber un protocolo quirúrgico que entre sus compliciones no esté consignado el riesgo de infección que va de las simples a las más graves como neumonías, septisemias, shock endotóxico, que puede conducir a graves secuelas físicas en el pacientes inclusive su fallecimiento y en donde no se puede pensar que se debe a mala práctica o negligencia siempre que el paciente haya recibido los antibióticos pertinentes y que a pesar de ello se precipitó el hecho indeseable, que el paciente ha recibido los antibióticos indicados se puede verificar rápidamente en el kardex de enfermería donde constará que si recibió los antibióticos indicados y necesarios que se suele dar en toda cirugía de riesgo. Entra en escena el análisis de las responsabilidades: si el paciente no compró los antibióticos indicados o se demoró en su entrega, o compró antibióticos de dudosa procedencia, o no los compró por referir que eran muy caros, se comprende que la responsabilidad es directamente del paciente o su familiar que no cumplieron con su compromiso de adquirir los medicamentos indicados. En caso de tratarse de una paciente que realmente no tiene dinero para adquirir el medicamento, lo que es establelcido por la unidad de servicio social, se le deberá de proveer de tales antibióticos por cuenta de la institución, si la institución no le otorga o se demora en la entrega, será de responsabilidad directamente institucional. Pero si todos cumplieron y el paciente recibió los antibióticos indicados y a pesar de ello la infección avanza a una sepsis generalizada y fallece, se comprende que no habrá responsabilidad de ningún nivel.

seguiremos...

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