REVELAR LOS PROPIOS ERRORES ES UN DEBER ETICO PARA EL MEDICO
Una investigación publicada en Estados Unidos resalta la importancia que tiene infomar a los pacientes de errores que se cometen en el tratamiento, ya que afecta de lleno a la relación que mantienen ambos durante la enfermedad. Según el estudio, "el daño a un paciente por error médico exige una honesta explicación, incluyendo una disculpa y, en ciertos casos, una compensación económica".
La revelación por los médicos de sus propios errores es un deber ético, según un estudio publicado porArchives of Internal Medicine.
En esta investigación se afirma que los errores en la asistencia médica son corrientes y tienen importantes consecuencias para la salud del paciente, las asociaciones de médicos y el ámbito institucional.
Algunos de los interrogantes que se plantean en el estudio versan acerca de qué es lo que define el error, si deben los médicos decir siempre la verdad para mejorar la relación con el paciente o si se pretende con esto reducir la responsabilidad por mala praxis médica.
Uno de los especialistas en este campo define el error médico como "una comisión u omisión con potenciales consecuencias negativas para el paciente, que podría haber sido considerada erróneamente por iguales especialistas y entendidos al tiempo de ocurrir, independientemente de si existieron otras consecuencias negativas".
Las razones más usuales de los errores incluyen la limitada experiencia o conocimiento, los errores de juicio y los descuidos, si bien los más son debidos al descuido que a la ignorancia, aunque un error médico no necesariamente implica negligencia.
Obligación ética
El Código de Etica Médica de la Asociación Médica Americana (AMA) establece que en las situaciones en las que un enfermo sufre complicaciones por un error médico en la asistencia, el médico está éticamente obligado a informarle de todos los hechos necesarios para comprender lo que ha ocurrido.
Cuando vayan a comunicar un error, los facultativos deben evaluar el conflicto de interés personal, profesional y el del enfermo. Entre sus preocupaciones se incluyen: la obligación profesional de prevenir la repetición del error, si comprometen las relaciones profesionales con sus pacientes, el derecho tienen éstos a saber la verdad.
Beneficios de la comunicación entre médicos y enfermos son, por ejemplo, que se mantiene una relación de confianza a través de la honestidad. En cambio, perjuicios pueden ser la angustia del paciente y la acción legal contra el médico. A modo de conclusión, el daño a un paciente por un error médico exige una honesta explicación, incluyendo una disculpa y, en ciertos casos, una compensación económica. Admitiendo los fallos, los médicos pueden comenzar a realizar cambios en la práctica médica que ayudará a evitar errores en el futuro. (Arch Intern Med. 2000; 160: 2089-2092)
Los expertos siempre han aconsejado reconocer los errores. Así lo hacía Leonard J. Mareus, del Programa de Negociación y Resolución de Conflictos en la Asistencia Sanitaria la Universidad de Harvard, en un artículo publicado hace dos años en American Medical News, en el que recordaba que la salida negociada a una negligencia o un simple daíío inevitable se vuelve muy difícil cuando el paciente se da cuenta de que el médico se ha escabullido conscientemente.
Por otra parte, un estudio realizado por el Veteran Affairs Medical Cente de Lexintong, en Kentucky, ha revelado que reconocer el error no resulta más caro en indemnizaciones. Además, elimina el deseo de venganza del paciente, algo que parece latir en la iniciativa española que aboga por publicar listas negras de médicos negligentes en internet.
(Diario Médico, 11.IX.2000)
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